¿Qué es esto de #CumbreIzta y qué tiene que ver con autos?, se preguntarán. Pues a mediados del año pasado fuimos invitados a formar parte de un acontecimiento histórico en el mundo del alpinismo, geografía y topografía, la medición oficial de las tres cumbres más altas del extinto volcán Iztaccíhuatl, guardián de la Ciudad de México. Es correcto, el dato oficial no existía del todo, y la información que se tenía, o era imprecisa o muy antigua.
Nuestra participación llegó por muchos lados, pero donde más apoyo se necesitaba era en la logística, pues el reto natural era llevar a toda la gente necesaria a las faldas de la montaña para poder subir a hacer trabajos de ingeniería. 35 personas en dos equipos, casi nueve autos hubieran sido necesarios para llevar a tal equipo hasta Paso de Cortés, pero gracias al apoyo de Volkswagen Vehículos Comerciales, redujimos esa cifra a tan sólo tres.
EL MÁS CAPAZ
Amarok, Transporter y Crafter fueron los responsables de mover a todo el equipo de ingenieros, topógrafos y alpinistas hasta las faldas del Iztaccíhuatl, pero el que más gente llevó y que más sorprendidos nos dejó, fue Crafter. Con una de sus carrocerías más largas, rozando los siete metros de longitud, y el techo superalto, Crafter fue la reina de #CumbreIzta, dejando las tareas de carga de equipo a Amarok y de transporte general de los equipos secundarios a Transporter.
No sólo se trata de tamaño y capacidad de pasajeros, necesitábamos un vehículo capaz de recorrer muchos kilómetros por carreteras y veredas de tierra, con la capacidad de pasajeros y carga a tope y además consumir la menor cantidad de combustible posible, por lo que las motorizaciones TDI resultaros perfectas para todos los escenarios.
TURBOCHARGED DIRECT INJECTION
El mismo L4 2.0 l turbo diesel que monta la Amarok empuja a este monstruo de más de tres toneladas, pero para nuestro deleite, una caja manual nos hace sentir que controlamos a este enorme vehículo al 100%. En todo momento hay un muy buen empuje del motor gracias a sus 250 lb-pie de par, que, a pesar de llevar carga completa, nunca se sintió pequeño.
Hay pocas cosas a las que hay que acostumbrarse en comparación a manejar un SUV grande. Para empezar, la posición de manejo, que en la mayoría de las circunstancias es excelente dada la altura, pero que puede ser un enorme reto mover en reversa dado que no hay vista por el retrovisor y los laterales cubren muy poco. Una cámara de reversa o alguien ayudándonos abajo es siempre lo ideal además de los sensores de estacionamiento.
SEGURIDAD PARA TODOS
No existen vehículos como este con bolsas de aire para todos los ocupantes, pero todas las asistencias electrónicas modernas para prevenir accidentes están presentes en Crafter, incluidos frenos ABS y Control Electrónico de Estabilidad ESP, de modo que a pesar de que no es un vehículo para manejar rápido, si nos encontramos con situaciones complicadas en el camino, como una frenada de emergencia o una curva mucho más cerrada de lo esperado, Crafter reaccionará de maravilla. Justo así nos pasó con los trayectos de montaña camino a Paso de Cortés en #CumbreIzta, donde una carretera demandante, en más de una ocasión, nos hizo llevar Crafter más allá de nuestra zona de confort en un auto tan grande y con tantos pasajeros. Sin embargo, ni siquiera las asistencias electrónicas se necesitaron, pues la puesta a punto del bastidor, rígido y con bastante peso encima, hicieron que Crafter se portara como un tren sobre rieles, siempre estable y muy confiable, en verdad una respuesta inesperada y sorprendente.
SE VALE SOÑAR
Muchos quienes amamos los autos siempre soñamos con tomar un vehículo y salir a dar la vuelta al mundo, pero en verdad es poca la información que tenemos sobre cómo debe ser un auto para aventuras así. Después de conocer a Crafter, manejarlo por kilómetros en carreteras, ciudad y terracería en #CumbreIzta, sabemos que sería uno de nuestros vehículos de ensueño para vivir un año o dos dando la vuelta al mundo. ¿Te animarías?
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